sábado, 25 de agosto de 2007

Light

Such times: chaos triumphs. And darkness
envelops the earth
and sky, and between them--me. I still
stand firm, I keep
breathing: I defeat
the chaos and the darkness within me: on earth
and in heaven, and between
us.


Bronislaw Maj

martes, 21 de agosto de 2007

Breve de agosto

Ustedes son la luz del mundo: ¿cómo se puede esconder una ciudad asentada sobre un monte? Nadie enciende una lámpara para taparla con un cajón; la ponen más bien sobre un candelero, y alumbra a todos los que están en la casa.

Mateo

martes, 14 de agosto de 2007

Sir Walter


Una pregunta me acosa desde hace tiempo cuando tengo la osadía de sacar mi cajetilla de cigarros en público. ¿Fumas Raleigh...? Generalmente respondo cualquier cosa y pienso para mis adentros en lo excelentísimo del personaje. No pienso deshacerme en elogios en este espacio, sólo me gustaría anotar aquí que el mundo, pero Europa en particular, le debe mucho a Walter. Obviamente no me refiero a los cigarros que llevan su nombre, ni al registro de sus poemas, ni a la primera colonia que estableció en el Nuevo Mundo, ni a su cara de bucanero que bebe buen ron y magrea a la reina. Hasta donde se sabe, Sir Walter fue el primer visionario que decidió sembrar papas en el norte de Europa (no tan visionaria fue su idea de sembrar tabaco). Por él existen las papas a la francesa, la mitad de la cocina alemana y la mitad de la población irlandesa (quién sabe si todo esto sea bueno para el mundo, pero sin duda le da sabor). Que los mejores cigarros en el país lleven su nombre es un acierto que sólo algunos gozamos.

lunes, 6 de agosto de 2007

Efemérides

Un día como hoy, pero de otro año (o sea que no era como hoy que está soleado, tal vez llovía o había otros ánimos en el mundo), digamos del año 133 a.C., la gente de Numancia prendió fuego a su villa y pereció antes de ser conquistada por los romanos (¿existirá en nuestros días esta resistencia feroz?).

Numancia

En un día como hoy, que tal vez era más parecido a un día como mañana, nacieron Alfred Tennyson y Paul Claudel:

C'est la dent que nous mettons à la terre même avec le fer que nous y plantons, et déjà notre pain y mange à la façon dont nous allons le manger. Le soleil chez nous dans le froid Nord, qu'il mette la main à la pâte; c'est lui qui mûrit notre champ, comme c'est le feu tout à nu qui cuit notre galette et qui rôtit notre viande.
Paul Claudel

También Warhol.


Un día como hoy, pero triste, mucho más triste que hoy, el Enola Gay dejó abrir sus compuertas cuando volaba sobre la ciudad de Hiroshima.


Un día como hoy de 1981 (que era otro día, no como hoy) nací yo.

viernes, 3 de agosto de 2007

Traducción

En el post pasado, si es que algún incauto lo leyó, puse un poema de Charles Simic y mencioné que no conocía traducciones suyas al español. Me tomé la libertad de traducir este escrito. A los muy versados en el tema de la traducción les pido que pasen por alto las probables flaquezas de esta versión muy libre que me he permitido.

La habitación blanca

Lo obvio es difícil
de probar, muchos prefieren
lo oculto. Yo también lo hice.
Escuché a los árboles,
tenían un secreto
que estaban a punto
de hacerme saber -
y no lo hicieron.
Vino el verano. En mi calle
cada árbol tenía su propia
Sherezada. Mis noches
eran parte de su salvaje forma
de contar historias. Estábamos
entrando a casas obscuras,
siempre casas obscuras,
silenciosas y abandonadas.
Había alguien con los ojos cerrados
en los pisos superiores.
El miedo y el asombro
me mantenían despierto.
La verdad es calva y fría,
dijo la mujer
que siempre viste de blanco.
No abandonaba su habitación.
El sol apuntaba a una o dos
cosas que sobrevivieron
a la larga noche intactas.
Las cosas más sencillas,
difíciles en su obviedad,
no hacían ruido alguno.
Era la clase de día
que la gente describe de “perfecto.”
Dioses disfrazándose
de pasadores de pelo negros, un espejo de mano,
un peine con un diente roto?
No! No era eso.
Sólo las cosas como son,
sin parpadear, tendidas silenciosamente
en esa clara luz- -
Y los árboles esperando a la noche.

jueves, 2 de agosto de 2007

Charles Simic

Nació en Belgrado y emigró a Estados Unidos cuando tenía 16. Su poesía es magnífica (a mí me gusta porque considero que no pretende de más). En estos días recibió el premio de la Biblioteca del Congreso estadounidense. Les dejo un poema como breve muestra de su trabajo.

The White Room

The obvious is difficult

To prove. Many prefer

The hidden. I did, too.

I listened to the trees.

They had a secret

Which they were about to

Make known to me--

And then didn't.

Summer came. Each tree

On my street had its own

Scheherazade. My nights

Were a part of their wild

Storytelling. We were

Entering dark houses,

Always more dark houses,

Hushed and abandoned.

There was someone with eyes closed

On the upper floors.

The fear of it, and the wonder,

Kept me sleepless.

The truth is bald and cold,

Said the woman

Who always wore white.

She didn't leave her room.

The sun pointed to one or two

Things that had survived

The long night intact.

The simplest things,

Difficult in their obviousness.

They made no noise.

It was the kind of day

People described as "perfect."

Gods disguising themselves

As black hairpins, a hand-mirror,

A comb with a tooth missing?

No! That wasn't it.

Just things as they are,

Unblinking, lying mute

In that bright light--

And the trees waiting for the night.