Me levanto a mitad de la noche con mucha sed.
Mi viejo duerme, mis hermanos duermen.
Estoy desnudo en el medio del patio
y tengo la sensación de que las cosas no me reconocen.
Parece que detrás de mí nada hubiese concluido.
Pero estoy otra vez en el lugar en el que nací.
El viaje del Salmón
en una época dura.
Pienso esto y abro la heladera:
un poco de luz desde las cosas
que se mantienen frías.
Fabián Casas
viernes, 30 de abril de 2010
miércoles, 21 de abril de 2010
Lo echo de menos
Yo tenía "Cuadernos de Voronezh". Fue un regalo muy querido de Begoña Pernas. No lo encuentro. No lo encuentro. Lo echo de menos. Extraño las palabras de Mandelstam, que no se rompen como nosotros.
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