miércoles, 19 de diciembre de 2007

Carta

Fue un invierno benigno éste que aún nos hiere.
Ningún árbol cercano ennegreció sus hojas
y del norte y del sur se recibieron noticias favorables.
En lejanos países morían adultos, animales y niños,
pero eso, pensamos, sucede con frecuencia y no es motivo
de intranquilidad o asombro. Si alguien dice que una mujer
murió de amor todos los creen y se entristecen. Eso nos gusta.
En cambio una muerte por frío es algo ruín
improbable y fantástico. Ahora es primavera o verano.
No lo sé. De lo que sí hay certeza es de que el invierno,
como el del año anterior y como el de otros todos,
ha pasado. Pero está aún tan cercano que nos dislumbra
su luminosidad. Lo tocamos. Su humedad tibia y benigna
nos conmueve. En medio del océano, lejos de ti y de todos
cuantos mueren y viven , las aves y los monstruos
inocentes del mar y de sus islas saludan
a este invierno cercano que hoy nos hiere.


Raúl Navarrete



Gracias, Alfredo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para agradecer el agradecimiento, un verso de Les Murray:

"he read on, fascinated by a further human range"

salut,
a.